En el proceso de transición energética que vive el país, es muy importante definir el papel del carbón, teniendo en cuenta la disponibilidad y abundancia de reservas de este mineral en Colombia.
Al margen de la estigmatización de este combustible, utilizado entre otras cosas para la generación de energía térmica, hay que tener en cuenta su impacto favorable en términos de desarrollo económico y social.
Agentes del mercado carbonífero plantean que hay maneras de utilizar el carbón hacia un futuro, empleando para ello tecnologías o procesos complementarios que permiten disminuir, capturar, procesar, transformar y reutilizar el Dióxido de Carbono, que es el que impacta negativamente el medio ambiente. Este criterio también aplica para el gas natural.
Se estima que Colombia tiene reservas de carbón para 200 años y la discusión se centra en descartar esta alternativa energética ante la ola de las renovables no convencionales, o hacer uso de ella con tecnologías avanzadas para mitigar al máximo su efecto medioambiental.
En esa misma dirección se hace necesario tener en cuenta que tanto el carbón como el gas se necesitan para la generación convencional de energía térmica, que resulta clave para garantizar un adecuado, permanente y confiable suministro al país.
CAPTURA DEL CO2
Como quiera que al final la discusión es el Dióxido de Carbono, porque el material particulado se maneja y se controla, quienes defienden la utilización y supervivencia del carbón, consideran importante que se establezcan incentivos para implementar estrategias de captura del CO2 y otras acciones como las compensaciones forestales.
En ese orden de ideas se plantea tener en cuenta procesos estudiados en el mundo como el cultivo de algas o micro algas, que se nutren del mencionado gas y lo absorben.
En Colombia se hizo una prueba piloto de caracterización de las emisiones de Dióxido de Carbono en la central Termoguajira, que también se hará en Gecelca 3.
Se trata de un primer paso que permite saber en qué etapa es factible hacer el tratamiento del CO2, para poder destinarlo a insumos de otros procesos como fabricación de gaseosas, industrias farmacéuticas, tintura de textiles y fabricación de urea, entre otros.
TRANSICIÓN ARTICULADA
Expertos consultados por EL NORTE coinciden en que todos los procesos de transición energética para crear bienestar, modernidad, eficiencia y sostenibilidad, son bienvenidos. Y Sostienen que es necesario trabajar de manera articulada, como un todo, de tal forma que no sea una sumatoria de análisis independientes.
Lo que se requiere es una complementariedad energética, que permita seguir utilizando fuentes convencionales como las térmicas y mirar de qué manera se puede incentivar para mitigar los impactos que produce, pero con incentivos, así como se hizo con las renovables no convencionales. El planteamiento es: O dejo de emitir o capturo parte de lo que se emite.
También plantean que la filosofía de la transformación energética, hay que concretarla en procesos operativos, y que en ese orden de ideas hay que mirar primero si funciona, si tiene sentido, al igual que los impactos negativos que provoca. Y que si esos impactos negativos son más que proporcionales a los beneficios, se requiere enderezar el curso.
Fuente: El Norte